Las pruebas realizadas se orientarán a decidir si la paciente es tributaria de tratamiento quirúrgico y hacer una valoración preterapéutica de la extensión de la enfermedad para adecuar la radicalidad de la cirugía. La edad de las pacientes y su morbilidad asociada pueden contraindicar la intervención, de forma parcial o completa.
Pese a tratarse de una enfermedad que en base a los criterios de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetrica (FIGO) exige una estadificación quirúrgica, la valoración preterapéutica de las pacientes podría permitir la extensión de la cirugía basándonos en factores de riesgo conocidos de afectación ganglionar y de recidiva.
Los estudios que se recomiendan previo al tratamiento se recogen ordenadamente en la siguiente tabla: